Autor. Ivo Basterrechea Sosa.
El
Fuerte de Navidad a parte de ser el primer asentamiento de los treinta y nueve
hombres elegidos por el Almirante Cristóbal Colón, para construirlo con la
tablazón de la nao Santa María, el 25 de diciembre de 1492, en la costa norte
de la isla La Española, hasta su regreso de España, también fue la primera
cátedra de oficios y lenguaje para nuestros aborígenes. Hay que recordar que
este año del descubrimiento de América, estuvo rodeado por varios hechos trascendentales
que marcaron la historia de España. El mismo 2 de enero de 1492, prácticamente
comenzando el año, los reyes Isabel I de Castilla y Fernando II, de
Aragón, ponían fin al dominio árabe de casi ocho siglos, conquistando el reino
nazarí de Granada, y tres meses más tarde estos mismos reyes promulgaban el Decreto
de la Alhambra y el Edicto de Granada, en los cuales expulsaban a los judíos de
sus reinos, ambos proyectos elaborados por Tomás de Torquemada, inquisidor
general de la Santa Inquisición española, establecida para Castilla en 1478, y
en 1483 para Aragón, y el título de Reyes Católicos a los monarcas, declarado por el Papa Inocencio VIII. La mayoría de los judíos fueron forzados a
convertirse al cristianismo de lo contrario, tenían cuatro meses para abandonar
los reinos cristianos de la península ibérica. Aquel judío que se convertía al
cristianismo se le llamó judeoconverso o simplemente converso, como fue el caso
de Luis de Torre y de otros más que acompañaron a Cristóbal Colón en la citada empresa,
quedando el primero como uno de los treinta y nueve, en el Fuerte de la Navidad,
registrado en el Diario de navegación. Un Diario cuyo
texto original entregado a los reyes católicos, se perdió y pasado algún
tiempo, se da a conocer universalmente, la Relación del Primer Viaje, un
sumario compilado por el Fray Bartolomé de las Casas, casi cincuenta años
después de lo sucedido y sin ser testigo presencial, muy influenciado por su tío
paterno Juan de la Peña, que sí participó en el primer viaje y luego lo harían
en el segundo, su padre Pedro de las Casas y el hermano Francisco de Peñalosa, plagando
de errores y más que todo de muchos anacronismos, que invalidan los hechos, que
por muy insignificantes que parecieran, ayudaron a tergiversar el rumbo de la
historia. Nuestra
teoría se basa en considerar algunos aspectos y elementos de dicho sumario, en
el período de tiempo en el que se descubre la isla de San Salvador y el día en
que el Almirante, deja el Fuerte de la Navidad y se va rumbo a España. También
nos proponemos darle una dimensión de espacio-tiempo a la estadía de aquellos peninsulares
que de forma fortuita, (o intencionada), tuvieron el primer asentamiento en las
tierras descubiertas, con el objetivo de aclarar mediante una lógica, muchas de
las preguntas que quedaron sin respuestas a través de la historia, como las
plasmadas en su obra El lenguaje criollo y La fábula de los Caribes por uno de los más grandes estudiosos de
estos temas, que al darlos a conocer, lo tildaron de paradójico y rebelde, nos
referimos al escritor cubano Juan Ignacio de Armas, una obra tan valiosa, que los
historiadores y escritores debieron darle su justa dimensión. Ejemplo
de ello, la canoa, donde el camagüeyano se preguntaba con qué herramientas
cortaban y calaban los inmensos troncos, el porqué desde los primeros días al
Almirante no le llamaron la atención los utensilios domésticos (la batea y el
burén donde supuestamente cocinaban las tortillas de maíz y el cazabe de la
yuca) y también, las armas (arcos y flechas, aunque fuera uno solo, hachas,
antorchas, las hamacas, los ídolos, que sólo se mencionan en raras excepciones y
creemos que fueron anacronismos en esta primera etapa) en aquellas casas,
alfaneques o bajareques y no bohíos, como no los han hecho creer, que en la
huida de los aborígenes, dejaban vacías en reiteradas ocasiones, reflejadas en
el Diario. No sólo el Padre dominico fue el culpable, creemos que el propio
Colón, también lo fue, al escribir las cartas a los Reyes Católicos, en una
afiebrada imaginación que frisaba la locura, en medio del delirio de la
conquista. También la culpa de su hijo Fernando y la pléyade de cronistas,
ninguno testigo de los hechos.Y
es eso, lo que nos proponemos, plantear teorías, conceptos y situaciones para buscar
una lógica a los errores o anacronismos que por olvido, ignorancia o
sentimientos patrioteros, tanto de españoles como de americanos, torcieron el
rumbo de la historia.
En el
momento en que Cristóbal Colón, abandona el Fuerte de la Navidad, deja mantenimientos de pan y vino para más de un
año y simientes para sembrar y la barca de la nao, con todos los
implementos de cocina, herramientas de carpintería, armas como picas, espadas, cuchillos,
puñales, navajas, hachas, arcos y flechas y hasta una lombarda, además de
varios hombres con oficios, un calafate, un
repostero, un carpintero, un lombardero, un tonelero, un sastre y un físico, todos
hombres de mar.