miércoles, 6 de abril de 2022
La muerte de José Martí, pintada por los españoles. (Parte IV)
La muerte de José Martí, pintada por los españoles. (Parte III)
La muerte de José Martí, pintada por los españoles. (Parte II)
viernes, 1 de abril de 2022
La muerte de José Martí. (Parte I)
“Si usted u otro corresponsal americano se atreve a venir a mi campamento para escribir la verdad sobre nuestra situación, lo fusilo. ¡Caramba!” ––Sentenció Máximo Gómez a Bronson Rea corresponsal del New York Herald, como aparece en una traducción del inglés al español del libro del periodista americano en 1898, (1) y que muchos años más tarde, en 1953 la revista Bohemia reprodujera de tal manera: “…Si usted o cualquier corresponsal americano osa entrar en mi campamento para hablar mal de nosotros, lo mando a matar” (2). Por supuesto, me quedo con la primera versión, porque Gómez durante la guerra y después de la misma, ocultó muchos aspectos de su vida y de su carrera militar, fundamentalmente la crueldad de sus métodos, denunciados por ese periodista.
Es difícil creer que Gómez, formado como oficial del ejército español en la Academia Militar de Zaragoza en España, (3) que comandó una columna española en Santo Domingo, que llegó a Cuba, no como “internacionalista” sino derrotado como un oficial de caballería, capitán del ejército español, y que luego por méritos propios alcanzaría el mayor grado militar del ejército cubano, cometiera varios “errores tácticos” en el enfrentamiento en Dos Ríos y la prensa cubana, publicara en todos los medios habidos y por haber distintas versiones, haciendo mucho hincapié en estrategias, en la humareda de los fusiles, en el herbazal, en la disparidad de “números” de cada bando, logrando al final, más que aclarar, confundir y extender el velo del misterio más allá de la muerte en combate de José Martí.
¿Qué han tratado de ocultar? porque una cosa es que Martí resultara una “carga”, y hasta un “estorbo”, como una vez pasó con Céspedes, Vicente García, y otros, como Gobierno, en los planes de Gómez, y otra cosa sería que Martí al “negarse” abandonar los campos de Cuba, Gómez intentara quitárselo de “arriba” provocando el escenario “fortuito” para su muerte. Y peor aún cuando el generalísimo desde Ciego de Najaza, le enviara aquella carta tan inmisericorde, llena de resentimiento arraigado y tenaz a Tomás Estrada Palma, el 22 de agosto a solo tres meses de la muerte del Apóstol ocurrida el 19 de mayo del mismo año 1895.
“Lo que hizo Martí es nada, lo que usted tiene que hacer ahora es lo gordo (…) Martí, aunque no es tiempo de juzgar, empezó a torcerse y fracasar desde La Fernandina hasta caer en Boca de Dos Ríos (…) donde pereció sin beneficio para la patria y sin gloria para él”. Pero, una herida… Continuará…/
Fuente.
1.- Entre los rebeldes. La verdad de la guerra. Revelaciones de un periodista yankee. Traducción del inglés. Madrid. 1898.
2.- Revista Bohemia, 27 de diciembre de 1953.
3.- Tone, John Lawrence (2006). War and Genocide in Cuba, 1895-1898. Univ of North Carolina Press. p. 61.
La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte X)
Y tuvo el Gobierno norteamericano, en su segunda intervención, que encargarse nuevamente de doña Leonor Pérez, y sus funerales el día 19 de junio de 1907, para que la prensa oficialista marxista actual, adoctrinadora y manipuladora volviera a arremeter en contra, esta vez del gobernador Charles Magoon, al tratar de insincera la nota necrológica, en la que dispuso guardar duelo oficial y fuera sepultada a cuenta del Honorable Ayuntamiento habanero, y calificara de pomposo el sepelio que contrastó “con la miseria en que ella había vivido durante sus últimos años”. (1)
Si el funeral hubiera sido sencillo, entonces estuviéramos leyendo en estos momentos, “un sepelio miserable al igual que su empobrecida vida durante sus últimos años”.
El Gobierno Interventor norteamericano hizo más por la madre de José Martí, que la misma República, que los patriotas revolucionarios encabezados por Máximo Gómez.
Pomposo resultó el sepelio del “generalísimo” en 1905, donde el gobierno de la República dispuso de 15 mil dólares para sus funerales, donde las corporaciones, las sociedades y organismos, el Gobierno en pleno, los cuerpos colegisladores, los elementos revolucionarios, gastaron más de 30 mil dólares en coronas, donde el Secretario de Hacienda, el general mambí Juan Rius Rivera, visitara la residencia del general Máximo Gómez, haciéndole entrega a su hijo Urbano de un cheque de 100 mil dólares americanos, cantidad votada por el Congreso a favor del caudillo revolucionario. (2)
Pomposo era “el sarcófago de terciopelo negro de Máximo Gómez elegido a imagen y semejanza al utilizado para el cadáver del presidente norteamericano Willliam McKinley” (3), mientras en un lugar remoto de la provincia oriental, en un nicho rústico marcado con el número 334 reposaban casi olvidados los restos de José Martí, hasta que el mismo Gobierno Interventor norteamericano por disposición sanitaria ordenara la demolición de los antiguos nichos y erigiera un templete donde honrosamente descansarían los restos del Apóstol, y que fuera inaugurado el 24 de febrero de 1907, casi cuatro meses antes del fallecimiento de su santa madre doña Leonor Pérez Cabrera, ocurrido aproximadamente a las 5.30 pm del 19 de junio del mismo año. Continuará…/
Fuente:
1.- Centro de Estudios Martianos. La Habana.
2.- Diario de la Marina. Edición de la tarde del sábado 17 de junio de 1905.
3.- Diario de la Marina. Edición de la mañana del miércoles 21 de junio de 1905.
La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte IX
Y llegamos al 24 de febrero de 1905, el día de la inauguración del monumento a José Martí en el Parque Central de La Habana, erigido por suscripción popular, donde Máximo Gómez al usar de la palabra recordó a la concurrencia “que hoy hace 9 años, 9 meses y cinco días había muerto Martí”, poniendo de manifiesto las circunstancias que adornaron su carácter. Fue muy aplaudido. (1)
Más que adornar el carácter del Apóstol, mejor hubiera sido que Gómez en ese lapso de tiempo de casi 10 años, hubiera visitado el lugar de Dos Ríos, y tan siquiera se preocupara dónde estaba enterrado Martí, pero nada de eso ocurrió. ¿Cuántas dudas e inquietudes se hubieran esclarecido? ¿por qué no lo hizo? ¿Eran tan amigos como nos lo han hecho creer?
En ese tiempo Gómez pudo viajar a Santo Domingo, a los Estados Unidos, recorrer a Cuba en campaña para la elección de Estrada Palma, pero ni siquiera, este día de la inauguración, la prensa resaltó algún acercamiento de Gómez hacia la madre de Martí, la que se hallaba en la tarima a la derecha de la estatua de su hijo, además de las señoras Ana de Quesada viuda de Céspedes, Amalia Simoni viuda de Agramonte, Carmen Zayas Bazán viuda de Martí, y Juana de Varona, hermana del que fuera general del Ejército Libertador Bernabé Varona (Bembeta) quien entregara al arquitecto Benito Lagueruela un clavo de oro con la siguiente inscripción: "La hermana de Bembeta", para que fuese colocado en el monumento. Este clavo fue arrancado por manos sacrílegas, en el año 1941. Y el 24 de mayo de 1949, le fue incrustado otro clavo de oro. (2)
Además del presidente de la república don Tomás Estrada Palma estaba su gabinete y muchas otras personalidades, desde que el acto comenzó a las nueve de la mañana con una concentración de más de 10 mil habaneros.
Don Tomás Estrada Palma, al despedirse de la señora madre de Martí, ésta le entregó una exposición solicitando indulto para el señor Abelardo Torres, periodista de Consolación del Sur, condenado en causa por disparo de arma de fuego.
Ninguna ayuda pidió para mitigar su “pobreza” sino como lo hizo su hijo luchando por el bienestar de los demás. Cuatro meses después el 17 de junio del mismo año, moriría el general Máximo Gómez. Continuará…/
Fuente:
1.- Diario de la Marina. Edición de la tarde del 24 de febrero de 1905. Pág. 3
2.- Veinte años de actividades del Historiador de la ciudad de La Habana. Emilio Roig de Leuchsenring. Volumen IV (1935-1955). Año 1955. Págs. 14 y 15
miércoles, 23 de marzo de 2022
La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte VII)
Después de dos años, que doña Leonor Pérez llevaba trabajando para el Gobierno Interventor americano, y un año de haber muerto tres de sus hijas casi consecutivamente, “en el mes de julio de 1901 es que algunos miembros de la Asamblea Constituyente, (…) tomaron el acuerdo de contribuir con un “luis” mensual de sus haberes, para donárselos a la madre de José Martí. Salvador Cisneros Betancourt, Gonzalo de Quesada, Enrique Villuendas y el general Lacret Morlot son los autores de la iniciativa. Enrique Villuendas, como secretario de la Convención acepta la encomienda de pasar la lista a los demás delegados. Un día de fines de julio la lista le es presentada al delegado Eliseo Giberga. Este indignado rehúsa la petición.
La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte VI)
lunes, 14 de marzo de 2022
La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte III)
Viendo la hambruna, y la situación espantosa en que quedó el país, el Gobierno Interventor norteamericano, inmediatamente gestionó el suministro de alimentos a través del Departamento de Guerra enviando en total, 5.493.500 raciones cubanas, además de 1.000.000 de raciones gestionadas en los Estados Unidos por el filántropo Mr. Charles W. Gould, que fueron recibidas y distribuidas bajo la dirección de los comandantes generales de los departamentos del ejército.
Un favor a escopetazo. Con cuánta arrogancia y prepotencia el generalísimo Máximo Gómez, criticaba esta labor altruista dirigida principalmente a las víctimas, que no eran pocas, y no a los “incendiarios” de los bandos litigantes. “Hará cosa de ocho días se me presentó en Yaguajay míster Gould, con muchísimo aparato, yo le puse el punto a las íes, y esta es la hora en que este Cuartel General no ha recibido una sola ración de las tantas que diz que venían para el pueblo y las fuerzas”. (1)
Observen como la prensa oficialista de hoy en día manipula la cifra del haber anual de mil pesos oro americano, reduciéndolo con toda la intención en un sueldo de $83.33 mensuales para demostrar la pobreza de doña Leonor Pérez, sin ni siquiera mencionar el tipo de moneda, y menos la palabra oro. ¿Qué obligación tenía el Gobierno Interventor americano, encabezado por el general John R. Brook en concederle trabajo a una anciana de 71 años hasta los 79 en que murió, más allá de un gesto filantrópico? Pues veamos como sucedieron los hechos. (2)
Un mes después, el 24 de febrero de 1899, el Secretario de Agricultura, Comercio y Obras Públicas, el cubano Adolfo Sáenz Yánez, perteneciente al gabinete de John R. Brook del Gobierno Interventor americano, expidió un Decreto que se publicó en la Gaceta de La Habana de ese mismo día en que se consigna lo siguiente: “Habiendo manifestado la señora Lucía Iñiguez viuda, madre del difunto Mayor General Calixto García Iñiguez, que no podía aceptar por su avanzada edad, la plaza de Oficial Tercero de Administración, afecta al Negociado de Industrias y Comercio de esta Secretaría, para la cual fue nombrada con fecha 10 del presente mes, y habiendo solicitado la señora Leonor Pérez viuda de Martí, madre del patriota José Martí, un destino adecuado a sus circunstancias en este Departamento: vengo en dejar sin efecto el nombramiento de la señora Iñiguez y nombrar en su lugar a la señora Pérez viuda de Martí para la indicada plaza, cuyo haber anual es de mil pesos oro americano”. (3)
Este cargo lo desempeña hasta el 30 de junio de 1900, en que se le cesanteó, nombrándosele ese mismo día en otro de igual sueldo y similar categoría en el de Marcas, en la Sección de industria y Comercio, que fue el que desempañó definitivamente hasta su muerte ocurrida en esta capital el 19 de junio de 1907.
Quiere decir, que la madre de Martí estuvo percibiendo mensualmente $83.33 pesos oro americano hasta la edad de 79 años.
Es triste mencionar que en el mes donde fue cesanteada y vuelta a colocar en otra plaza el 30 de junio de 1900, veintiún días antes, el día 9, la madre de Martí había perdido a su hija mayor, con 46 años de edad, Leonor Petrona (La Chata) nacida en la calle Paula No.41, y quince días después, el 14 de julio, perdería con 33 años a María del Carmen (La Valenciana), pero ya el 9 de febrero del mismo año 1900, había muerto con 36 años, Antonia Bruna. Solo le quedaba viva de siete hijas, y un varón, Rita Amelia, la que moriría el 16 de noviembre de 1944, con 82 años. Continuará…/
Fuentes:
1.- Carta de Máximo Gómez a Estrada Palma, desde el Central Narcisa, el 9 de diciembre de 1898. Publicada en el Boletín del Archivo Nacional, La Habana, 1933, t. XXXII, p.96.
2.- EcuRed. https://www.ecured.cu/Leonor_P%C3%A9rez
3.- Revista Bohemia del 1º de febrero de 1953.
La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte II).
Así que la pobreza no solo la sufría doña Leonor Pérez, la madre de nuestro Apóstol, peor la sufrían los campesinos reconcentrados en los pueblos y en las ciudades de las provincias occidentales. Y es que ha sido una política infame culpar solo de la desastrosa situación al general español Valeriano Weyler, amigo de armas del general Máximo Gómez desde mucho antes, cuando ambos siendo capitanes del ejército español comandaban las columnas militares en contra de los rebeldes dominicanos, durante la Guerra de la Restauración de 1863. (1)
Hay que tener en cuenta que la reconcentración de pobladores era parte de una estrategia militar que el Conde de Valmaseda había llevado a cabo durante la guerra de los Diez Años, y no tuvo la misma repercusión que la del 95, sencillamente porque en aquel entonces no coincidió con la devastadora “tea incendiaria”, que solo en un día provocaba cientos de incendios a las plantaciones cañeras y a los ingenios azucareros acabando con la quinta y los mangos, y arrasando hasta la última bodega de un “catalán”. (2)
Además, pesa a favor de Weyler que esa torcida campaña propagandística en su contra, carece de fundamento porque la inmensa mayoría del campesinado en la zona occidental era de origen canario (el genuino guajiro cubano), traída a la Isla a finales del siglo XVIII, y el general español no iba a arremeter en contra de sus conciudadanos, como sí lo hacían los negros con odio y sed de venganza arremetiendo contra todo lo que oliera a España, que a la postre eran los verdaderos mambises, recién liberados de la esclavitud en real decreto allá por el año 1886, los que sin ningún recato enguasimaban a “laborantes” y “pacíficos” atrevidos asistir a los cortes de caña u operar las maquinarias de cualquier ingenio que trabajara para los españoles, por orden del generalísimo Máximo Gómez, “quien solo sabe de negradas a las que ha enseñado a no huir del enemigo a plan de machete”. (3)
Circular. Cuartel General del Ejercito Libertador. - Jurisdicción de Sancti-Spíritus. - noviembre 6 de 1895.- Animado del mismo espíritu de inquebrantable resolución, en defensa de los fueros de la Revolución redentora de este Pueblo de Colonos, vejado y despreciado por España y en armonía con lo dispuesto sobre la materia en Circular de 1º de julio he venido en disponer lo siguiente:
1º.- Serán totalmente destruidos los ingenios, incendiadas sus casas y dependencias de Batey y destruidas sus vías férreas.
2º.- Será considerado traidor a la Patria, el obrero que preste la fuerza de su brazo, a esas fabricas de azúcar, fuentes de recursos que debemos segar al enemigo,
3º.- Todo el que fuere cogido in fraganti o resultase probada su infracción artículo 2º será pasado por las armas. (Los mambises “enguasimaban” ahorcándolos para no gastar balas).
Cúmplase por todos los Jefes de Operaciones del Ejército Libertador, dispuesto a enarbolar triunfante AUN SOBRE ESCOMBROS Y CENIZAS, LA BANDERA DE LA REPÚBLICA DE CUBA. Y así mismo se cumplió. (4)
Continuará…/
Referencias:
1. Compendio de la historia de Santo Domingo, José Gabriel García. Tomo III. Tercera edición. Pág. 482.
2. Mi mando en Cuba. Valeriano Weyler. Tomo Primero. Madrid. 1910. Págs. 9 – 15.
3. Máximo Gómez. Ramón Infiesta. Obra premiada por la Academia de la Historia de Cuba. Año 1937. Pág. 68
4. Mi diario de la guerra desde Baire hasta la intervención americana. Bernabé Boza. General jefe del Estado Mayor del General Máximo Gómez. Habana. 1900. Pág. 43.
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A la casa de Martí le cambiaron la identidad. (Parte II)
A la casa de Martí le cambiaron la identidad. (Parte II)
No solo al Hotel Martí, edificio de varias plantas, le aumentaron la letra “n” para terminar llamándose Martín, sino que el Historiador de La Habana Emilio Roig de Leuchsenring le “recordaba” al doctor José López Isa, Director General de Cultura del Ministerio de Educación, del gobierno de Batista, cumpliera “su palabra” cuando declaró en la sesión celebrada por la Junta del Patronato el día 4 de enero de 1953, que, "después del 28 se acometería la expropiación de algunos de los edificios colindantes con la casa de Martí". Tal parece que esta exigencia no fue cumplida, hasta el advenimiento de Fidel Castro, para en nombre del Apóstol, intervenir esos, y todos los comercios privados de la isla de Cuba, eliminando hasta el último carrito sandwichero. (1)
La pila bautismal donde se bautizó a Martí nunca regresó a la iglesia del Ángel. Hay que tener en cuenta que el Historiador de la Ciudad, era un ateo aguerrido en contra de la iglesia católica.
Siempre nos enseñaron que la casa de Martí, estaba en la calle Paula, pero muy pocas veces mencionaban las entrecalles Ejido y Picota. Quizás la Liga de la Decencia trató de obviar el triste motivo de esa calle, “que en el ángulo con la de Jesús María se colocaba la picota, una columna de piedra o de fábrica, donde ataban y azotaban a los reos sentenciados, y públicamente exponían las cabezas de los ajusticiados”, y que luego la pasaron a la Plaza Vieja donde estuvo hasta 1836.
Mariano Martí y su cuñado, cuando rentaron la casa de la calle Paula debían conocer el nivel de prostitución en los barrios de La Habana (Intramuros), y fundamentalmente en el barrio de San Isidro, porque precisamente frente al Cuartel de Artillería de Montaña, estaba el edificio de la Casa de Recogidas de mujeres blancas, negras y mulatas, San Juan Nepomuceno, construido sobre solares de la huerta del antiguo Convento de San Isidro.
Muchos años más tarde en el barrio de San Isidro nacería y moriría el proxeneta Alberto Yarini Ponce de León.
Fuentes:
1.- Veinte años de actividades del historiador de la Ciudad de La Habana Emilio Roig de Leuchsenring. 1935 – 1955. Volumen V. 1955. Págs. 74 y 75
2.- Diccionario geográfico, estadístico, histórico, de la Isla de Cuba. Jacobo de la Pezuela. Tomo tercero. Págs. 173 y 174.
3.- Lo que fuimos y lo que somos. José María de la Torre. Habana. 1857.
martes, 15 de febrero de 2022
¿Nació José Martí en el barracón número siete de la Cabaña?
En los tiempos de la colonia, y también de la República, era muy común que algunos oficiales vivieran en las fortificaciones militares, y en ellas procrearan a sus hijos, tal es el caso de nuestro ilustre campeón mundial de ajedrez José Raúl Capablanca, que nació en el Castillo del Príncipe, en La Habana. También, el eminente escritor José Lezama Lima, quien lo hiciera en el cuartel de Columbia, y que con sus biografías nunca hubiera ni cuestionamientos ni dudas. Se me hace raro que el primer biógrafo del Apóstol, Gonzalo de Quesada y Miranda, hijo del discípulo del más universal de los cubanos, fuera quien pusiera en dudas de que el apóstol de nuestras libertades hubiera nacido en la casa de Paula, basándose en informaciones que le habían proporcionado la señora Cocola Fernández del Castillo y su esposo el señor Emilio D. Cassi, que aseguraban haber escuchado de los propios labios de don Mariano Martí y Navarro la noticia de que su hijo había nacido en el barracón siete de La Cabaña, y que fue pocos días después de haber nacido, que ellos se habían instalado en la casa Paula número 41.
lunes, 7 de febrero de 2022
Un día muy frío en el que nació José Martí.
El viernes 28 de enero de 1853, el día en que nació nuestro Apóstol, el Diario de la Marina con relación al frío de alrededor de 20 ºC destacaba que, “El huésped del norte, el gran viajero que anualmente recorre el mundo en los últimos y primeros meses del año, introduciéndose en la casa del pobre como en la del rico, en medio de las bendiciones de unos, las maldiciones de otros y los conjuros con fuego de estos y de aquellos, se ha establecido con tan buenas ganas entre nosotros que no da señales de abandonarnos hasta que hayamos agotado cuanto género de lana encierran los establecimientos. De noche y de día hace cuatro o cinco que se tiembla de frío de pies a cabeza, que se llora involuntariamente, que se toca la trompeta pulmonar, y que la nariz se transforma en fuente inagotable. ¡Y todo eso cuando creíamos que el invierno era preciso borrarlo de nuestro calendario! Una semana atrás todos clamaban por los nortecitos: los nortecitos llegaron, y no flojos, que digamos, y hoy todo se vuelve pestes contra la fría temperatura. Una joven poetisa, no
pudiendo resistir esta madrugada al frío, que le quitaba el sueño, saltó de la cama, tomó avíos de escribir e improvisó lo siguiente:
¡Eterno creyó el Estío
En el ya pasado año
La gente en Cuba: Dios mío!
¡Qué patente está su engaño,
Pues hoy tirita de frío…!
Basta para desengaño.
Venta de carne en el Rastro de ganado mayor y menor de La Habana, el día en que nació José Martí.
El Diario de la Marina anunciaba que para mañana viernes 28 de enero de 1853 “se administrará la vacuna en la sacristía de la iglesia de Jesús María de 11 a 12 del día”. Todavía en el natalicio del Apóstol José Martí, La Habana estaba envuelta en las epidemias del cólera y de la fiebre amarilla.
Y el Rastro de ganado mayor y menor publicaba el consumo, los precios y existencias en ambos rastros. Los ganados beneficiados eran 97 toros, 6 bueyes, 23 terneros, 101 cerdos y 46 carneros, para un total de 273 animales sacrificados, quedando para el día jueves 27, una existencia de 716
Diversiones públicas el día en que nació José Martí.
El día viernes 28 de enero de 1853, el Diario de la Marina anunciaba las diversiones públicas.
En el Gran teatro de Tacón habría función extraordinaria a beneficio de don Florencio Flores.
Se pondrá en escena por séptima vez la zarzuela en 2 actos, titulada: El duende.
Terminada la zarzuela se presentará doña Mercedes Pavía. A bailar. La sevillana. Concluyendo esta gran función con la graciosa zarzuela en un acto titulada: La Castañera. A las 7 en punto.
En el teatro del Circo (Villanueva).
Función por la compañía ecuestre para el viernes 28.
PRIMERA PARTE.
Obertura, por la orquesta.
Nueva evolución.
Sorprendentes equilibrios en la cuerda tirante.
Mmo. Nunn en un brioso caballo.
La danza inglesa, por O`Connell.
Divertida escena a caballo, por el payaso.
SEGUNDA PARTE.
Graciosa escena por don Juan Tenorio.
Nuevas e increíbles pruebas, por Mr. Rn`gar.
Sorprendente trabajo en un caballo en pelo por el aplaudido Mr. Glenroy.
Grandes actos por toda la compañía.
Doble saltos, por Edgard.
Vistosos y admirables grupos sobre dos caballos, por Edgad y Glenroy.
El baile de los platos y el trompo.
Concluirá la función con la pantomima titulada: El zapatero y el bailarín. A las 7.
Escauriza.
El domingo 30 del corriente tendrá efecto un baile máscaras en los salones altos de este local bajo el orden de los anteriores: el baile dará principio a las 8 de la noche, finalizando a las cinco de la mañana. Entrada general 6 reales sencillos.
Nota: En el recibo de entrada habrá una persona para recoger los bastones.
Otra: Por mal tiempo no se suspenderá.
El mejor homenaje al Apóstol, cuando nuestra moneda estaba a la par del dólar americano.
El Dr. Joaquín Martínez Sáenz presidente del Banco Nacional de Cuba durante el gobierno del general Fulgencio Batista, encargó al Dr. Esteban Valderrama, diseñar cuatro modelos para monedas metálicas de un peso, de cincuenta, de veinticinco, y de un centavo, para ser acuñadas en plata, como homenaje al centenario del natalicio del Apóstol José Martí, en 1953. En una entrevista al Dr. Valderrama aparecida en la revista Bohemia del 1º de febrero de 1953. “Tengo entendido que el emblema del triángulo de nuestra bandera con la estrella de cinco puntas, al dorso de la de un centavo, fue ideada por el propio General Batista, dibujada por mí en la forma que se podrá ver”. No hay mejor tributo al más universal de los cubanos, en los momentos en que nuestra moneda cotizaba a la par del dólar americano.